"...Fundarse en Jesucristo, que ha venido en carne (1 Jn 4,2) y en sólo Cristo, y Cristo siempre, y Cristo en todo y Cristo en todos y Cristo Todo" (Directorio de Tercera orden 8)
¿Qué es la Tercera Orden?
La Tercera Orden Secular u orden laical de la Familia Religiosa del Verbo Encarnado es “una asociación de fieles laicos, cuyos miembros viviendo en el mundo, desean participar del espíritu de nuestra Familia Religiosa para buscar de modo más seguro y eficaz la propia perfección cristiana en todo el amplio campo de la vocación laical bajo la alta dirección del Instituto del Verbo Encarnado y del Instituto Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará y para realizar la santificación de todos los hombres mediante las obras de apostolado”
Por eso quiere y se compromete a formar con los miembros del Instituto del Verbo Encarnado de las Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará una única familia, unidos por la misma fe, los mismos fines, la misma misión, el mismo carisma, la misma índole y el mismo espíritu. Es parte esencial y constitutiva de la Familia del Verbo Encarnado, y de la cual la Familia Religiosa del Verbo Encarnado no puede prescindir, en cuanto que es la prolongación del accionar de ambos Institutos en los ámbitos propios de la vida laical.
Fin Universal
La Tercera Orden Secular del Verbo Encarnado persigue el mismo fin de la Familia Religiosa, que a saber, es doble; por un lado busca la mayor gloria de Dios y la salvación de las almas, tratando de santificar a sus miembros y santificar desde la propia condición laical el mundo entero
Fin Particular
Devoción a María
Junto a Cristo, los laicos del Verbo Encarnado desean mostrar al mundo a su santa Madre la Virgen María, junto a la Cruz de Jesús estaba su Madre (Jn 19,25), sabiendo que su presencia es imprescindible para prolongar la Encarnación en todo lo creado. Por eso deben procurar profundizar en su vida, seguir sus enseñanzas y prolongar su misión realizando todas las acciones por María, con María, en María y para María, siguiendo las enseñanzas de San Luis María Grignion de Montfort expresadas sobre todo en el Tratado de la Verdadera Devoción. Desde ya esta asociación coloca en manos de su Madre del cielo todas sus empresas, sabiendo que del sí de la Virgen ha dependido toda la obra de la Encarnación.
Fidelidad al Espíritu Santo
Sólo en la más absoluta fidelidad al Espíritu Santo conseguiremos nuestros fines. Siendo conscientes que nuestro pobre aliento únicamente es fecundo e irresistible si está en comunicación con el viento de Pentecostés.
Para alcanzar esta disposición de suma, total e irrestricta docilidad al Espíritu Santo, que es el Espíritu de Cristo, la Tercera Orden Secular de la Familia Religiosa del Verbo Encarnado necesita que la Santísima Virgen sea el modelo, la guía, la forma de todos sus actos, por todo lo cual, con todas las fuerzas del alma, y del corazón, hoy y siempre, decimos ¡Totus tuus, María!